Los Retos para el Geógrafo del Siglo XXI

Challenges for the 21st Century’s Geographer

Défis pour le Géographe du 21e Siècle

A principios de los 90 un profesor en la universidad me dijo que los geógrafos somos un mar de conocimientos pero con un dedo de profundidad. Esa frase se me grabó por el resto de mis días y me parecía que era una ofensa para la carrera ¿cómo que un dedo de profundidad? Con el tiempo, trabajando como consultor e interactuando con otros profesionales afines, pude corroborar; cómo geógrafo sabemos mucho, de infinidad de temas pero no somos especialistas en ninguno de ellos, a menos que nos enfoquemos en una especialidad específica y aumentemos la profundidad; pero estaríamos dejando de lado la finalidad de la geografía.

Un mar de conocimientos con un dedo de profundidad

Esa visión nos ponía en desventaja frente a muchas carreras afines al medio ambiente (ingenieros, arquitectos, biólogos y muchos que se dedican al estudio ambiental) quedándonos relegados a un segundo plano, salvo aquellos que se especializan en temas concretos.

Por lo general, el geógrafo quedaba encargado de la cartografía; aunque no es nada despreciable el ser cartógrafo, teníamos la capacidad para ejercer puestos más destacados dentro de los equipos multidisciplinarios, pero éstos eran ocupados por otras disciplinas. Ese mar de conocimientos nos permite poder entender la cartografía muchísimo mejor que cualquier otro profesional, podemos ver variables que no están mapeadas o interacciones entre aspectos naturales o sociales que otros colegas ambientalistas no ven.

Aunque hoy en día la cartografía se ha desarrollado muchísimo con los sistemas de información geográfica, prácticamente cualquiera que se especialice en ellos se convierte en cartógrafo, pero eso no significa que el resultado sea el esperado. He visto errores garrafales en mapas, por introducir variables de forma equivocada o por no tomar en cuenta otras variables claves; esto nos demuestra que como en todo algoritmo, si se introduce una información errada, el resultado también será errado, aunque todo el proceso sea perfecto.

Algo muy importante que las carreras afines no tienen, es que somos el vínculo entre el ámbito físico y el humano, somos el eslabón entre lo fisiográfico y lo social, ése es nuestro as bajo la manga.

Ya vamos viendo que ese mar de conocimientos no es tan malo. Muchas veces nos hacían preguntas de cultura general y nos juzgaban si nos equivocábamos o no sabíamos la capital de algún país del Asia y la respuesta era la misma: “somos geógrafos no enciclopedias”. Sabemos mucho pero no todo, sin embargo queda de parte de cada uno ampliarse a nuevos mares.

Una vez explicando, entre tantas veces, qué hace un geógrafo, hice la similitud con la medicina, diciendo que somos el médico general del medio ambiente. La medicina general tiene la responsabilidad de ofrecer una atención integral al paciente debido a que posee un conocimiento total del historial médico y clínico del paciente, lo que le permite colaborar con los especialistas en la detección y tratamiento de enfermedades complejas. Eso hacemos nosotros en los equipos multidisciplinarios que estudian tanto el ámbito ambiental como el social.

El geógrafo es el médico general de la tierra

Y es allí donde radica nuestra deficiencia pero aún nos falta algo importantísimo que no nos enseñan en la universidad; nos faltó la gerencia de proyectos, la planificación, formulación, ejecución y evaluación de los mismos. Muchas de las fallas en diversos proyectos se deben a la falta de conocimiento ambiental en la gerencia. Si bien los líderes de proyectos deben tener asesores en materia ambiental, no siempre toman en cuenta a geógrafos para estos cargos y el resultado no es el esperado.

Mi recomendación para las nuevas generaciones de geógrafos es especializarse en la gerencia de proyectos, ese es el complemento que nos hará marcar la diferencia.

Esforcémonos ser capitanes de embarcaciones que navegan por esos mares de conocimientos en la que solo nosotros somos expertos y busquemos navegar por aguas cada vez más profundas.

Solo los geógrafos somo expertos en navegar en un mar abierto de conocimientos

Algo que aprendí hace poco, lo único que nos llevamos a la tumba son nuestros conocimientos. No seamos egoístas y brillemos con luz propia, enseñando a las nuevas generaciones nuestras experiencias y conocimientos, ya sea en un aula en la universidad, en nuestra vida profesional o escribiendo; solo así podremos honrar nuestra carrera y demostrar que, aunque la geografía es una de las profesiones más antiguas, sigue siendo una carrera muy vigente y con mucho que aportar a la sociedad de hoy en día.

Llegar a ser gerentes de proyecto no depende de nosotros, no es algo que se alcanza tan fácilmente, pero si podemos ser líderes en nuestros grupos de trabajo y demostrar nuestro potencial. Muchos ponen como excusa que un líder no se hace sino que nace; pues a mí modo de ver, un líder lo hacemos todos los días y sí, debería ser desde que nacemos, enseñarles a nuestros hijos a ser líderes, a que vayan aprendiendo a tomar sus propias decisiones por ellos mismos, a inculcarle valores y a considerar a sus compañeros como iguales, así es que nacen los líderes.

Cada vez somos menos, pero por desconocimiento de las nuevas generaciones, mientras sigamos interactuando con el medio ambiente seguirá vigente nuestra profesión. Somos una carrera privilegiada pero poco valorada; tenemos mucho por demostrar, mucho por aportar a la sociedad y aunque haya nuevas herramientas, la esencia será siempre la misma. Queda de parte de nosotros la tarea de darnos a conocer como profesionales útiles y esenciales para el desarrollo de la humanidad.

Aunque cambien las herramientas la esencia siempre será la misma